Hambre de Placer

Hambre de Placer

¿Sabias que la comida y la sensualidad están muy relacionadas? La relación que tienes con la comida dice mucho de la relación que tienes con el placer

Seguimos vivos porque comer nos resulta placentero.

Hace miles de años, aquellos alimentos que estaban ricos (susceptibles de provocarnos placer) eran, por defecto, los que no nos mataban (porque no estaban podridos ni intoxicados). Era la manera que teníamos de entender que por ahí, sí. Necesitamos comer para sobrevivir, si la comida no estuviera buena, habríamos dejado de comer hace tiempo y, en consecuencia, nos habríamos extinguido. El disfrute y el placer son naturales y privarnos de esto no nos hace más fuertes o nos da más control, nos hace alejarnos de lo que necesitamos como seres humanos Así que, pensar en la comida como tu gasolina esta muy bien, pero me temo que se queda corto darling

Sentir placer por la comida no es un pecado

Antes de nada, es importante que sepamos que nuestra visión negativa sobre el placer tiene mucho que ver con el tipo de educación que hemos recibido Sin ir mas lejos, es posible que desde pequeñx te hayan contado que Adán y Eva fueron expulsados del paraíso por comer el fruto prohibido. A esto se le conoce como el pecado original, y esa es la razón de que hoy utilicemos expresiones como “he pecado” o “me he portado mal” cada vez que nos saltamos la dieta o comemos algo catalogado como “poco saludable”. Te sorprenderá comprobar la cantidad de veces que se utilizan estas expresiones al hablar de decisiones alimentarias. Te invito a que las identifiques a partir de ahora.

La relación que tienes con la comida dice mucho de la relación que tienes con el placer

Si no te dejas sentir placer con la comida, es posible que tampoco te estés dejando experimentar placer en otras áreas de tu vida. Y esto, generalmente, suele llevar a una conducta compensatoria. En el ámbito de la alimentación se ve muy claro: como no te dejas sentir placer (restricción de alimentos o grupos de alimentos-ej carbohidratos-), el día que “te lo permites” , no puedes parar (atracón). ¿Qué áreas de tu vida están resultando ser menos placenteras de lo que te gustaría (pareja, trabajo, relaciones…)? ¿Es posible que estés descargando en la comida toda la responsabilidad de sentir placer en tu vida?

Alimentación y sensualidad, más conectados de lo que piensas

Tener una mala relación con la comida normalmente va unido a tener una mala relación con nuestro cuerpo. Estudios han demostrado que tener una mala imagen de nuestro cuerpo tiene un impacto negativo en nuestra satisfacción sexual. Una de las bases de una mala relación con la comida pasa por considerar los alimentos como buenos o malos exclusivamente en función de su composición nutricional Y es que es importante que entendamos que la comida es mucho más que la suma de sus “macros”. Nos nutre de muchas otras maneras Que se lo digan a Julia Roberts en la mítica escena de la película “Come Reza Ama” en la que come de la manera mas sensual posible un plato de espaguetis en pleno Trastévere.

Ese plato de pasta le estaba nutriendo a muchos otros niveles ¿no crees?

Necesitamos conectar con nuestro cuerpo para conectar con el placer, en todos lo sentidos.

La paradoja francesa “the french paradox”

Te voy a contar algo curioso. Estudios comparativos realizados en los años 70 y 80 pusieron de manifiesto lo que se conoce en medicina y nutrición como la paradoja francesa. Estos estudios demostraron que los franceses, a pesar de tener un alto consumo de grasas saturadas y una presencia diaria de alcohol, presentaban una menor tasa de muerte por problemas cardíacos que otros países que consumían pocos productos de este estilo tales como británicos y estadounidenses. Se concluyó que el motivo principal de dicha “paradoja” tenía más que ver con la actitud ante la comida (desde el amor y el disfrute) que con la composición nutricional (rigidez y control). Comer rodeado de personas, disfrutando de cada bocado y con una sensación general de placer y disfrute acababa repercutiendo positivamente en la salud cardiovascular de los franceses Esta forma de acercarse a la comida disminuía el número de atracones y sentimientos de culpa que solían ser los detonantes de las dietas yoyó tan extendidas en otros países y que, a la larga terminaban por tener peores consecuencias para la salud.

Conclusión y recomendaciones

Comer por placer es maravilloso. La comida nos nutre de mil formas diferentes. A parte de proporcionarnos nutrientes nos sirve para conectar con otras personas, para transitar emociones (tanto agradables como desagradables) etc.. El problema surge cuando la comida se convierte en nuestra única manera de experimentar placer. Es entonces cuando dejamos de disfrutar y empezamos a depender. Recomendaciones

• Practica el Mindful eating: Sólo podemos sentir placer a través de nuestros sentidos. Una manera de sentir más placer con la comida es poniendo toda nuestra atención en cómo nos hace sentir lo que comemos: textura, olor, sabor, tacto… Traslada toda la sensualidad al momento de comer

• Aliméntate de manera intuitiva: Atender a nuestras señales de hambre y saciedad es fundamental para sentir placer con la comida. Nadie podría catalogar como “placentero” el sentimiento de estar incómodamente lleno después de comer demasiada cantidad de un alimento

• Identifica cuándo la comida está dejando de proporcionarte placer y para de comer (generalmente los primeros bocados suelen ser mucho mas placenteros que los últimos)

• Haz una lista de aquellas cosas de tu vida que te proporcionen placer (mas allá de la comida), y asegúrate de nutrirlas ;)

Por Gabriela Martialay @gabrielamartialaycoach (Dietista, coach e instructora de mindfulness y meditación)

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